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PROYECTO FAMILIAR: EL PUNTO DE PARTIDA
Toda familia debe partir con un proyecto clave alrededor del cual van a girar los pilares de la convivencia. Por eso, es importante que comience a formularse desde el principio y que se vaya adaptando poco a poco, según van apareciendo nuevas exigencias.
Muchos fracasos se deben a la incapacidad o falta de interés de la pareja por fijar un proyecto en común. Cada uno de los miembros debe pararse a pensar acerca de las expectativas que tiene sobre su relación y vida en común.
En ocasiones, las expectativas de uno chocan con las del otro. Por eso, es importante encontrar el momento adecuado para poder hablar abiertamente, tratando de llegar a un consenso bajo el cual se pueda articular el proyecto familiar, sin caer en contradicciones. De esta manera, se evitarán actitudes y conductas que puedan desorientar a los pequeños.
Lo que se debe tener en cuenta
Dentro de ese proyecto familiar no sólo se debe tener
en cuenta lo que se espera de los hijos, sino también
de la pareja. Para ello es necesario hablar, buscando el mejor
momento para evitar posibles conflictos.
Las esperanzas con respecto a los hijos, y aquello que se desea de la pareja, siempre ha de ser flexible, ya que se está con personas que pueden tener deseos y necesidades diferentes. Una vez que se ha llegado a un acuerdo con la pareja, se debe comunicar a los hijos lo que se espera de ellos, buscando del mismo modo, el momento y lugar adecuados.
El lugar y el momento
Debe procurar, como para cualquier charla familiar, esperar
que aquellos con los que se tiene que hablar estén
tranquilos. Además los temas y discrepancias que surjan
deben plantearse de forma amable.
Las conversaciones deberán desarrollarse en un clima de cariño, alegría, confianza, tranquilidad y delicadeza. De esta manera será más fácil que la otra parte escuche con interés.
Nunca hay que plantear estos temas, en momentos de tensión, durante alguna pelea familiar, o ante una conflicto. En estos circunstancias, se pueden generar sentimientos de culpa que hacen que la persona se sienta mal.
La confianza de los hijos
La confianza necesaria se logrará siempre que se crea
firmemente en los hijos y se demuestre que ellos pueden confiar
en sus padres. Para ello es necesario mantener una coherencia
a la hora de actuar y hablar con ellos.
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