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Las mujeres, muchas veces, en su afán de agradar,
pueden convertir una virtud en la pesadilla de sus compañeros.
Y, lo que antaño eran unos pequeños celos en
una chica muy inteligente, ordenada y discreta, con el paso
del tiempo puede llegar a transformarse en algo insufrible
en una relación.
A todo hombre halaga, por ejemplo, que su mujer sea un poco
celosa, incluso hasta puede divertirle. Como también
gusta que sea cariñosa, trabajadora, independiente
limpia y ordenada. Pero siempre dentro de un límite.
Cuando todas estas virtudes se llevan a extremos, normalmente ya no gustan tanto. El paso del tiempo puede hacer estragos. La mujer celosilla ahora es desconfiada y preguntona. La limpia y ordenada no soporta verte con los pies encima de la mesa. La trabajadora no tiene tiempo ni para charlar un rato a solas. Y, a la independiente no se le ve el pelo.
Mujeres celosas
En esto de los celos de los hombres y de las mujeres no son
tan distintos. Porque en ambos sexos, la patología
de los celos se expresa de forma muy similar. La mayor diferencia
radica en el tipo de agresividad que practica cada uno.
Según Angeles Sanz, directora del departamento de problemas sexuales y de pareja del Centro de Investigación y Terapia de Conducta (Cinteco) de Madrid, Las mujeres celosas practican una agresividad basada unas veces en el desprecio o la ignorancia y otras en el chantaje emocional hacia su pareja. Pero rara vez llegan a la agresividad activa, como hacen los hombres.
Obviamente las mujeres celosas no son felices, pero tampoco su pareja. Por ello, la mejor forma de atajar este problema, según la doctora Sanz consiste en primer lugar en no mentir nunca. Los celosos preguntan y controlan tanto que casi siempre llegan a descubrir el engaño. Y, en segundo lugar, rechazar sus imposiciones, ya que el celoso siempre interpreta el resultado torcidamente.
Las obsesionadas con el orden y la limpieza
Lo que en principio podría ser una gran virtud, puede
llegar a ser insufrible en una convivencia. Por que una cosa
es mantener la casa ordenada y limpia - a todo el mundo le
agrada- pero otra bien diferente es que por ejemplo uno no
se pueda sentar en el sofá, porque se deforman los
almohadones.
Con el tiempo, una mujer obsesionada con el orden y la limpieza puede resultar imposible. Por eso hay psicólogos se tratan esta obsesión como una patología clínica. Ayudando a las mujeres con este problema, a aprender a vivir más relajadamente. A ser felices con una vida un poco más desordenada.
Esposas-madre
Es competente, independiente y dominante. Es servicial y tiende
a buscar la satisfacción de los otros antes que la
propia. Su principal temor es que dejen de necesitarla. Sexualmente,
es más bien pasiva. No responde al prototipo de mujer
fornida y autoritaria. Por el contrario, cuida su imagen y
se preocupa de su figura.
Es una mujer que se esmera para que la casa esté en orden, lo que la convierte en ama y esclava de su hogar. Tiene tendencia a exagerar y lo convierte todo en un drama. Se preocupa de todos los detalles de su pareja y le avisa y recuerda todo lo que tiene que hacer
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